viernes, 7 de enero de 2011

Fin de fiesta

Dice la Escritura que los Magos de Oriente, tras haber adorado al Niño en Belén, «se marcharon a su tierra por otro camino». Un camino que no fuese a dar de nuevo con Herodes, que no llevaba muy buenas intenciones. La Iglesia da un sentido preciso y precioso a esta conclusión del pasaje, y es el hecho de que el encuentro con Dios hecho hombre trae consigo, necesariamente, un cambio de orientación en la propia ruta vital. Aprendí esto, como tantas otras cosas, en la Jornada Mundial de la Juventud de Colonia 2005, que precisamente tenía a los Magos de Oriente como protagonistas, y este "volverse por otro camino" como uno de los temas principales.
Marcharon a casa por otro camino, decía, y sin embargo nosotros, después del día de Reyes, nos quedamos con sensaciones diversas. Algunos, con el bajón de haber acabado las fiestas y la pereza de "volver a la realidad"; otros, tal vez, contentos porque un día después de la fiesta vuelve a ser viernes; otros, agitados porque han empezado las rebajas, o fastidiados por la subida de la luz, o por no poder fumarse un cigarrillo con el café, o por lo que sea... Porque otra cosa no será, pero razones para quejarse sí o sí, hemos empezado el año con unas cuantas.
Han acabado las fiestas y una vez más, podríamos volver a casa por otro camino, pero es lo más complicado. Queda esa sensación del fin de fiesta, cuando toca recoger los platos con sobras, las copas vacías o barrer los restos de confeti. Ese escenario que siempre me sugiere el inicio de esta canción de Amaral... Desgraciadamente, no puedo suscribirla entera. La sensación de fin de fiesta no me da tan buenos deseos como a ella, sino que, bien al contrario, me hace sentir perdida, es un "y ahora, ¿qué?", un "aún no tengo sueño", pero también un "estoy cansado". Se dice que lo bueno, si breve, dos veces bueno, pero, ¿y detrás de esa brevedad? ¿El olvido para no añorar? ¿O el recuerdo, para retener lo que de bueno ha habido?
La viñeta es de 2008 (El País), pero la misma"resaca"
parece repetirse cada año.
Mucha gente dice que odia las Navidades porque las relaciona con la nostalgia... A mí me encantan (quitando todo eso del consumismo, las juergas sin sentido y las indigestiones, que merecerían un aparte), pero a la vez odio la sensación de no haberlas vivido todo lo bien que hubiera querido. Pensar "¿ya se han pasado?" y que vuelva a quedar un año hasta las siguientes. Un año... con todo lo que hay este año. En la misa de Reyes, por ejemplo, me encanta cuando se leen las fechas de las festividades de todo el año que hay por delante. Y no olvidemos que este año, además, tenemos un acontecimiento único, la Jornada Mundial de la Juventud en el mes de agosto. Hay mucho que preparar y por prepararse. Y precisamente el tema de la preparación es lo que más me duele de la Navidad. El que a veces parezca que ha llegado y se ha ido como si nada. El no volver a la cotidianidad renovada, por otro camino, como los Magos. Tal vez sea porque ellos se postraron ante el Niño que dormía en el pesebre. Y lo hicieron verdaderamente, con todo su ser y sin reservarse nada ante aquella gracia que se les concedía. Y por eso pudieron volver por otro camino. Tal vez me haya faltado eso.
No es para tanto, cabría pensar. Al fin y al cabo Navidad hay todos los años. En cuanto te des cuenta, ya vuelve a ser Navidad. Si te descuidas, el año se pasa volando. Y para algunos eso no es problema. Pero vaya, el día de hoy no se vuelve a repetir. Las gracias que hoy has dejado escapar, ha pasado de largo. Mañana vendrá otras, y volverás a tener la libertad de acogerlas o no, si te das cuenta de su existencia. Pero hoy y mañana no son el mismo día, a pesar de tener las mismas horas.
Tal vez alguien piense que exagero, y considere que la Navidad no son más que unos días más. Mucha gente ha estado en estos días trabajando igual o más que el resto del año, o tan aburridos o alegres como el resto del año, y sin entender muy bien por qué debería ser diferente. Qué puedo decir a eso: considero el acontecimiento tan grande y tan mal aprovechado, que la sola idea de una vida de espaldas a él me entristece. Y a mi alrededor tengo demasiadas vidas así, incluso la mía lo es a veces. Supongo que eso hace que la sensación de fin de fiesta sea tan agridulce para mí. Por un lado, porque es un fin; por otro, porque en ocasiones parece que no ha sido ninguna fiesta.
"Seamos luz que conduzca a Jesús", genial dibujo de Fano tomado
de la web de la Diócesis de Málaga.
¿Platos sucios, copas vacías, oídos ensordecidos, dolor de pies, y vuelta a lo de siempre? ¿Postrarse, volver por otro camino, dejar de seguir una luz del cielo para ser uno mismo luz del mundo? ¿Unos días cualesquiera, una Navidad más, o La Navidad? ¿Iniciar un año más, iniciar un año "a ver si hay suerte", iniciar un año nefasto porque así lo indican las estadísticas de la televisión, iniciar un gran año, un año de vida, un año irrepetible, un año de gracia? Resulta grandioso y a la vez terrible que tengamos libertad para escoger entre todo eso; de hecho, la mayoría de las veces nos resulta tan terrible que no elegimos sino dejarnos arrastrar. Lo otro cuesta bastante más esfuerzo. Y no siempre se siente uno con fuerzas para vivir plenamente.
Hoy mismo lo pensaba... soy demasiado afortunada, mi vida podría ser maravillosa... si me decidiera a vivirla.

1 comentario:

Sinretorno dijo...

Estimada Sus, muchas gracias por tu comentario. Escribo muy breve, soy profe de universidad, y pienso que es mejor que mis posts sean breves, sugieran, hagan preguntarse. Cada uno tiene sus estilo y el tuyo es genial en sus descripciones anímicas. Me alegro por tu profesor, pero está en la línea...actual. Qués es eso del hombría del ser? Las virtudes son humanas, los griegos y romanos hablaban de esto, el cristianismos recogió esa tradición para llevarla a su plenitud. Un ejemplo, puedo admirar mucho la puntualidad, el valor puntualidad, pero ser en un desastre en mi puntualidad. A eso me refiero. La virtud es un hábito estable bueno y el vicio su contrario(mucho más fácil, pues va uno cuesta abajo). Y no sabes cómo me alegra que gente joven y sabia y contracorriente use este blog. Un abrazo.Y ánimo.