jueves, 3 de junio de 2010

La última cima

Con muchas cosas en el tintero, hoy rompo de un tajo esta racha de vaguismo bloguero en la que caigo más a menudo de lo que debería, para atravesarla con un tema de plena actualidad. Un estreno cinematográfico que tiene lugar hoy mismo, vaya (algunos afortunados ya han podido ver la premiére). Y es que la ocasión lo merece.
Se trata de una película rara. En fondo y en forma. Su protagonista es este hombre:
Pablo Domínguez Prieto, sacerdote. Murió el año pasado descendiendo del Moncayo. Tenía 42 años. Era Decano y profesor de la Facultad de Teología San Dámaso. Un cura entregado y lleno de Dios, como tantos curas que conozco y de los que podría contar mil cosas buenas. A él no le conocí, pero la noticia de su muerte me llegó en el mismo día en que ocurrió, y es que tengo unos cuantos amigos que han sido alumnos suyos. Hablaban maravillas de él. Ahora, una película corrobora esos testimonios, y muchos otros más.

Los que frecuentéis blogs y páginas de información más propiamente religiosas, habréis oído mucho de este estreno. También en tuenti y Facebook os habréis podido informar. Otros de los que leáis esto tal vez sea la primera noticia que tengáis, y es por eso que quiero darlo a conocer. Dicen que está haciendo mucho bien. Que la gente que ha podido anticiparse y verla ha salido, como poco, planteándose algunas cosas.


Pues aquí tenéis lo que oficialmente se ha mostrado de la película. Yo no he visto más, pero no quiero esperar a verla para hablar de ella, porque tal vez entonces sea demasiado tarde: ya sabéis, el cine es así, si no hay taquilla, no hay película. Y si llegase el momento en que la tuvieran que quitar, ¿qué sentido tendría entonces que yo le hiciese "campaña"? Después de verla seguramente podamos hablar de muchas cosas. Por ahora, lo que tengo es la confianza de que puede hacer mucho bien. Conocer algo por sus frutos es una buena forma de acercarse a ello. Mucho mejor forma, desde luego, que la de la sospecha, que por desgracia abunda y no para bien.

El proyecto de La última cima es genial no sólo por lo que se está haciendo, sino por cómo se está haciendo. Contando en todo momento con la participación de la gente, como siempre que se hacen los proyectos desde lo pequeño. Y gracias a que nos estamos implicando como familia, la cosa está creciendo sin necesidad de publicidad engorrosa. El tú a tú. Usando como medio Internet, pero desde el tú a tú. Como ha sido siempre el anuncio de la fe, cuando ha sido sincero: un encuentro de experiencias, un cruce de libertades... qué anticuado, ¿verdad? Con lo "moderno" que es quedarse horas mirando al tele sin saber de qué color son los ojos de la persona que está sentada a tu lado... En fin, a lo que iba, que gracias a las peticiones que están recibiendo, la película va a ser vista por el momento, en 13 de las ciudades más importantes de España, y subiendo (porque se puede seguir pidiendo que se lleve a más sitios).

Yo no creo, contrariamente a lo que he leído por ahí de manos de algún amigo de la sospecha de la que antes hablaba, que el título de la película sea una mal parafraseo de La última cena. Por lo visto, los tiros van por otro lado: la del Moncayo, por lo visto, era la última cima de nuestra Península que a Pablo le quedaba por coronar. Y además, fue la última de su vida mortal. Es sorprendente lo mucho que se ha utilizado la montaña para hablar de Dios, tanto como realidad como en clave de metáfora. Y, a pesar de los milenios, esto sigue teniendo la misma vigencia. Las montañas siguen hablando de Dios.

La gente no creyente, declaradamente atea o escéptica en cualquier caso, suele tener dos visiones contrapuestas sobre los cristianos. Unos piensan que somos unos soberbios que creen tener la respuesta a todo y que miran desde su supuesta cumbre a los que no piensan/creen lo mismo que ellos. Otros, sin embargo, nos ven como unos idiotas que ponen un parche llamado Dios a sus propias deficiencias y a su propia ignorancia, incapacitándose así para la reflexión y para la búsqueda (conviertiéndose en "eunucos mentales", como alguna vez he oído). Bueno, estas dos visiones no son tan contrapuestas: la primera es un juicio de valor ante la actitud que nos atribuyen, y la segunda, la verdad sobre nosotros que ellos han descubierto desde su posición, paradójicamente, de jueces de lo recional y lo irracional, de lo verdadero y lo falso. Sí, desde luego, es paradójico eso de erigirse en juez para llamar al otro juez.
Sin embargo, no es ninguna de estas dos posturas la que nos identifica. Ni juez, ni eunuco. Somos el escalador. El escalador que sube con cierto descanso la primera pendiente, para darse cuanta de que hay otra detrás más alta, que tendrá que subir con más esfuerzo, para volver a encontrar otra, y otra... y entre sudores, tropezones y dolores de pies, pararse, contemplar y respirar profundo. Y mirar al compañero. Y pedirle agua. Y contarle un chiste. Y cantar alguna canción. Y así ir pasando cimas, acercándose al cielo y cayendo de nuevo, hasta que una de esas cimas sea la última.
Esa es nuestra vida, y la de todos. Aunque algunos atraviesen la montaña con botas resistentes, y otros la quieran sobrevolar en helicóptero para darse cuenta después de que tienen que andar como todos y que además van peor equipados por no haberse preparado para el viaje. Pero todos estamos en esta montaña.
«Es mucho más, por tanto, lo que nos une al tratar el tema de Dios, quizá, que lo que nos separa, porque la .preocupación por ello es propia del hombre».

5 comentarios:

Rosa dijo...

Gracias por poner tantos trailers...así los que no podemos ir a verla enseguida, podemos verla aunque sea a trocitos.

Angelo dijo...

Una amiga mia acaba de verla, y dice le ha decepcionado. Ella conocía a Pablo y dice que era mucho más de lo que aquí aparece. No dice que no le haya gustado sino decepcionado. Cuando la vea daré mi impresión. Gracias

abrazadosalaVERDAD dijo...

Veo que las de Getafe estáis fuerte. La verdad es que esto de internet da muchas gratas sorpresas. :)

Julio Roldán dijo...

Película genial. La he visto ya dos veces y en las dos me he emocionado. El testimonio de vida de Pablo Domínguez es todo un impulso para vivir el sacerdocio desde la cercanía, alegría, humor, disponibilidad…Aconsejo la película a jóvenes y adultos, especialmente personas alejadas de la Iglesia. A todas las personas les puede hacer mucho bien. Por cierto, a ti que me lees, te digo: si me necesitas,pidémelo. Visita mi blog donde comento algo de la película: pastoryhermano.com
Julio Roldán
info@pastoryhermano.com

SE dijo...

Apuntada para películas pendientes.
Un saludo