lunes, 18 de enero de 2010

¿Qué es más fácil?


Hoy: En ocasiones escucho a obispos
Yo pensaba que quienes más atentos estábamos a los obispos éramos los católicos. De hecho, pensaba que ya eramos casi los únicos. Pero últimamente me doy cuenta de que no, de que hay gente que aguarda sus palabras con mucha más ansia, porque arañar un titular de ellas (en el caso de los periodistas y similares) puede ser algo muy jugoso, o porque siempre viene bien tener un pretexto para verter todas nuestras tintas sobre alguien (en el caso de la población en general). Y si podemos verter nuestra mala leche donde lo hacen todos, a modo de bukkake ideológico, pues mejor que mejor. Espero que nadie se escandalice por esta comparación, pero es un buen ejemplo si se trata de hablar de unión para la humillación. Para otras sensibilidades, valga el ejemplo de las peleas escolares de diez contra uno, o los circos romanos. Aunque esto último ahora a todos nos indigna, y lo otro a muchos hasta les excita. En todo caso, siempre es cómodo dar la patada donde la dan todos, aunque el otro no la merezca.


Cuando el viernes topé con lo de Munilla y sus declaraciones sobre Haití, pensé: "vaya, qué novedad, otra vez se la quieren liar". Pero fue unas horas después, cuando leí el Evangelio del día, cuando caí en la cuenta de la novedad de la situación. En dicho pasaje encontré, en raíz, el mismo conflicto. Jesús ve que unos hombres han abierto el techo del lugar en el que está y han introducido así la camilla de un paralítico para que él lo sane. Él aprecia la fe de esos hombres y le dice al paralítico que sus pecados le son perdonados. A los que critican a Munilla les parecerá muy absurdo que, teniendo ante sí un hombre que no puede andar, lo primero que diga es que lo perdona, y no que lo va a curar. Pondrían a parir a nuestro Señor porque le ha dado más importancia a la salud espiritual de ese hombre que a su salud física. Los que en ese momento estaban para ponerlo a caldo, al contrario, criticaron que ese hombre se creyera con potestad para perdonar pecados, porque eso sólo podía hacerlo Dios. Y él les dice: "¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y anda'?". Es decir, ¿qué es más fácil, procurarle a alguien la salud física o la salud espiritual? Y, a renglón seguido, Jesús, para mostrar que ambas cosas son posibles, hace, como todos sabemos, que el paralítico ande. Pero no lo olvidemos: este signo externo, que muestra que nada es imposible para Dios, sirve para hacer visible lo interno, esto es, el perdón de los pecados. El primer milagro que hizo Cristo con ese hombre fue perdonarle, aunque nuestros ojos necesiten verlo echar a andar. De la misma manera, el primer mal del que todos necesitamos ser curados es nuestro egoísmo, aunque también sea necesaria la ayuda física en los momentos difíciles, como el que atraviesan nuestros hermanos en Haití. Volviendo a la pregunta de Jesús, me vuelvo a preguntar: ¿qué es más fácil, decir una verdad de las que duelen y aguantar el consiguiente chaparrón, o movilizar a una diócesis para la ayuda y hacer una donación de 100.000 euros? Munilla, que ha hecho las dos cosas, sabrá la respuesta.


A Cristo lo criticaron por decir que podía perdonar pecados. A Munilla hoy le critican por decir que es necesario que nuestros pecados sean perdonados. La raíz es la misma. Una vez más se hace relidad el Evangelio. Creo que esto es siempre un motivo de alegría, ¿donde se va a hacer realidad, sino en la Iglesia? Gracias, Monseñor. Una vez más, siguiendo la enseñanza del Maestro, y mostrando que se puede (y se debe) ayudar en lo material sin descuidar lo espiritual.

Para finalizar, por si a alguien le apetece escuchar lo que se dijo de forma completa y no sólo "en ocasiones", aquí tiene la entrevista:

Y aquí, la acertadísima carta que mi chico escribió al diario 20 minutos con respecto a este tema.


Lo último que queiro añadir son dos sencillos puntes. El primero, que en mi Evangelio se dice de Jesús que "Él les proponía la palabra". Algo que se propone y no se impone no debería ofender, ¿verdad? El segundo apunte es que, si escucháis bien a Munilla, está comparando el sufrimiento de los damnificados en Haití con el sufrimiento de Jesús en la cruz... ¿Cómo se puede acusar a alguien de despreciar a quienes ha comparado con el propio Cristo?

4 comentarios:

Rosa dijo...

He escrito antes un comentario, pero no sé dónde la verdad. Estaba un poco perdida. Quería decir que estaba de acuerdo con el comentario que habéis hecho tu y tu chico. Que es muy fácil poner un gran titular sacando unas palabras de contexto, y no rectificar. Hay que rezar por este Obispo. Yo fui a San Sebastian a apoyarle en su toma de posesión. Fue impresionante. Gracias por la entrada

Drywater dijo...

Estoy contigo que los descreídos, agnósticos y ateos están más pendientes de lo que dice la iglesia que los mismos creyentes, como si guardaran una especie de rencor ético hacia la institución y atacara sus muchas contradicciones, que las tiene, pero no más que muchas otras posturas, a veces incluso muchas menos.
En España nos gusta mucho criticar iniciativas, declaraciones y decisiones, pero no sabemos construir.
Un saludo

Anónimo dijo...

Y con creencias tan equivocadas y conservadoras como estas no podremos construir jamás, ya que precisamente es al "apalanque" mental y social que vuestra postura conlleva.
Ateos y agnósticos sólo nos reimos un rato, pero no guardamos ningún tipo de reencor. No merece la pena, ya son muchos años de absurdo. A nuestros ojos la biblia no deja de ser un cuento de fantasía, como Alicia en el País de las Maravillas (sin insultar a Lewis Carroll) o el Señor de los Anillos.

Así que, podéis imaginaros lo serio que es el asunto [ironía]

Lo que nos da pena es que no avancemos en muchísimas posturas por el hecho de que gente, y para colmo, gente joven, siga con el cerebro lavado por esta Secta que es la iglesia católica, y que se queda en creencias inventadas hace miles de años, y manipuladas a antojo de los aburridos de turno, que sólo ayudan a retroceder en el tiempo y a vivir engañados una vida que te otorga los méritos a tí como persona individual y vosotros se los dáis a un dios o a un fantasma o lo que sea en lo que creáis.

Sus dijo...

Amigo anónimo...
Una pena no saber tu nombre, me gusta saber a quién me dirijo y por quién rezo :)
Los ateos y agnósticos a los que te refieres os reís creyéndoos superiores a los -según vosotros-ignorantes creyentes. Los creyentes nos entristecemos de ver el mal que os hacéis con esa soberbia. Todo lo que has dicho como si fuese una verdad inamovible no tienes modo alguno de demostrarlo... ¿Qué la Iglesia no construye? Te recuerdo así de pasada que ella dio lugar, por ejemplo, al nacimiento de las universidades, a la ciencia moderna, a la Unión Europea... todo esto surgió de personas con esas ideas que tú tildas de retrógradas. Y ya que estoy, te recuerdo que la recuperación de Haití está siendo posible gracias a la Iglesia. Es la que está ayudando a la gente del pueblo, y no soltándole millones a su gobierno.
El día que alguien, tras haber leído "Alicia en el País de las Maravillas", sea capaz de entregar su vida por los demás (y sean para él hermanos, no "unos pobrecitos a los que ayudo desde mi cómoda vida"), entonces tendrá algo de sentido lo que has escrito.
Un saludo, y gracias a los tres por comentar.