viernes, 15 de enero de 2010

¡Hay que despertar!

La tierra ha vuelto a hacerse hostil, en un lugar y en un momento determinados. Ha dado un golpe. La mayor parte del tiempo, y en la mayoría de lugares, nuestro gran hogar no da golpes, y suele ser más o menos propicio. Entonces, nosotros somos los hostiles. Solo que no damos golpes: damos la espalda. O nos vamos recostando cómoda y tranquilamente sobre aquellos que hacen posible nuestra "sociedad del bienestar", hasta quedarnos adormilados sin percibir su asfixia. Ahora, la tierra ha vibrado como la campana de un despertador potente, muy potente. Para ellos, letal. ¿Y para nosotros?

El miércoles el Papa pidió ayuda urgente a la comunidad internacional para la población de Haití. Y también unión en la oración por todas las víctimas. Más allá de debates absurdos, eso es lo que hace falta ahora: acción y oración. Podríamos quedarnos pensando en lo hipócritas que somos por el hecho de que sólo nos despiertan de nuestra indiferencia general estas sacudidas. En efecto, así es. Los medios de comunicación lo saben, y lo acentúan con descarnadas imágenes de la tragedia. Pero probemos a darle el giro positivo: ¿os suena eso de que llevamos un tesoro en vasijas de barro? Tantas veces somos parte del problema, y tenemos la posibilidad de ser parte de la solución. Cada uno de nosotros, en nuestra pequeñez, está llamado a ser esperanza, a ser consuelo, a ser reparación... ¿No es increíble todo lo que se nos ha confiado? Debería darnos repelús la posibilidad de defraudar tanta confianza.


Muchos se habrán preguntado dónde está Dios en este momento, o dónde estaba cuando ocurrió el terremoto. Hay varias respuestas: está en la Cruz, sufriendo con ellos hasta en lo más doloroso; y está en las manos y los corazones de los que, amando como Él ama (o intentándolo), les acompañan y les acompañarán. Y, por supuesto, está su Providencia. Les amparará de muchas maneras y tal vez ocurran verdaderos milagros. Pero un milagro mayor será que cambie nuestro corazón. Que no actuemos sólo porque se nos ha sobresaltado de nuestro sueño ilusorio.

En cuanto a la acción... tenemos para elegir. Aquí están las direcciones de las campañas especiales de las que he tenido un conocimiento más directo (el enlace está en el nombre, lo escrito en cursiva está sacado directamente de la web de origen):

  • Cáritas: La respuesta de la red Cáritas está siendo para dar apoyo a las víctimas de la catástrofe. Entre las acciones de emergencia se incluyen albergues temporales, distribución de alimentos y kits de higiene y apoyo espiritual. En una segunda fase se contempla la reconstrucción de infraestructuras.
  • Manos Unidas: Las prioridades ahora, frente al peor terremoto desde hace 240 años en el país, son el rescate de las personas atrapadas bajo los escombros, y resolver la falta de agua y de lugares temporales de refugio, así como los problemas de saneamiento básicos para evitar epidemias, ya que los servicios de salud, de electricidad y de abastecimiento de agua han quedado gravemente afectados. Manos Unidas lleva 30 años trabajando en Haití.
  • Cruz Roja Española: Las necesidades inmediatas son búsqueda y rescate, salud de emergencia, agua y saneamiento, alojamiento de emergencia, logística, telecomunicaciones.
  • Intermón Oxfam: Nuestra prioridad inmediata es garantizar agua potable y material de cobijo a las personas que han perdido sus casas.
  • Plan España: trabaja en Haití desde 1973 y en su campaña ofrece la posibilidad de hacer una colaboración via SMS, cosa que me ha encantado saber puesto que es, por ahora, mi única posibilidad de hacer una ayuda económica.
  • Misiones Salesianas: la obra salesiana de Puerto Príncipe, Enam y las presencias limítrofes del instituto San Juan Bosco, como al obra de las pequeñas escuelas del padre Bonhem, confiadas a los salesianos, y las "Lakay", han sido las más afectadas de toda la ciudad.
  • Ayuda a la Iglesia Necesitada: Gracias a la generosidad de nuestros benefactores estamos preparados para aportar nuestra ayuda a la Iglesia y sus estructuras en el largo camino de recuperación. Creo necesario aclarar en este punto que ayudar a la Iglesia de un sitio no es sólo ayudar a sus curas, ni siquiera es sólo ayudar a los cristianos de ese lugar. El efecto multiplicador de esa ayuda es grandísimo, y engloba muchísima población.

Los enlaces nos facilitan la posibilidad de hacer donativos económicos. Pero hay muchas otras maneras de cooperar. Ahí ya cada uno tendrá que ver a qué está llamado.En cuanto a la oración, como bien ha dicho el Papa y también los responsables de esta última organización, es muy importante que oremos por Haití, por todas y cada una de esas personas, y por nosotros mismos, para que sepamos ser cauce del bien y de la esperanza para el mundo.

2 comentarios:

Aprendiz dijo...

Parece que me olvidé de avisarte que tienes un premio en mi blog. Suerte en los exámenes.

Sus dijo...

¡Anda! Pues sí, no lo sabía. Me pasaré a recogerlo, muchas gracias :)